sábado, 21 de marzo de 2015

LOS PRODUCTOS “MILAGROSOS” Y EL ANALFABETISMO CIENTÍFICO EN NUESTRA SOCIEDAD

Esta mañana escuchando la radio, volví a encontrarme con el anuncio de MASICAL (ver enlace 1), un producto que presuntamente resuelve los problemas debidos a la presencia de cal en el agua de nuestros hogares. Según la empresa que lo comercializa, el uso de MASICAL permitiría: reducir y evitar la incrustación de la cal en tuberías, grifos, electrodomésticos y sanitarios; eliminar la cal ya incrustada, mejorar la calidad del agua; baños más relajantes, minimizando o eliminando el picor después del baño, y dejando una sensación de más hidratación y suavidad en la piel y el cabello; alargar la vida de los electrodomésticos; ahorro en jabones, detergentes y suavizantes, consiguiendo una mejor textura de la ropa después de la colada y protegiendo más los tejidos; la vajilla y la cristalería queda más reluciente y limpia, reduciendo el efecto agresivo de la cal…y acaba por indicar que es ecológico y muy económico y que está totalmente garantizado.

Bueno, pues lo único cierto en todo lo anterior, es que es ecológico y que está totalmente garantizado. El motivo es que dicho cacharrito está compuesto de un par de potentes imanes (que no se gastan y no consumen electricidad ni nada…de ahí lo de ecológico y garantía de por vida). Todas las maravillosas ventajas de MASICAL se basan en que los imanes situados en torno a la tubería de entrada del agua en casa logran que “…los núcleos de los átomos de hidrógeno de las sales minerales contenidas en el agua, se polaricen en un mismo sentido. Dicha polarización modifica la configuración interna del agua, disminuyendo la tensión superficial, impidiendo que el carbonato cálcico y otros minerales en suspensión cristalicen y formen incrustaciones, debilitando las ya acumuladas y consiguiendo que se desincrusten de donde se encuentran adheridas…”

Puedo deciros que dicha explicación no tiene NINGUNA BASE CIENTÍFICA. La cal del agua es una sal disuelta, y dicho sistema no retira absolutamente ni una sola molécula de cal del agua. Para ello, es mejor acudir a sistemas de descalcificación profesionales, basados en tecnologías que funcionan (osmosis inversa o resinas de intercambio catiónico). Los imanes tan solo reducirían la incrustación de la cal en el tramo de tubería donde se encuentran y siempre que esta sea metálica. La tensión superficial, que MASICAL dice que se ve afectada por los campos magnéticos, solo se ve afectada por la temperatura del agua o por cambios en la concentración de determinadas sustancias disueltas y de otras como, p.ej. los jabones. Los jabones, precisamente reducen la tensión superficial del agua, haciendo que esta “lave” mejor la ropa. Así, que salvo que los señores de MASICAL hayan logrado generar un espacio alrededor de su cacharro, donde algunas leyes de la física y la química no se cumplan, yo no lo compraría. Y si tuviera uno, los denunciaría por ESTAFA…

La formulación pseudo-científica de los fundamentos de MASICAL es una de las típicas estrategias para vender un producto que carece, precisamente, de cualquier base científica. A pesar de vivir en un mundo basado en los avances científicos, una parte importante de la sociedad presenta una alarmante falta de conocimientos científicos. En una reciente encuesta (ver enlace 2), se mostraban imágenes de diversos científicos clave en nuestra compresión actual del mundo. Sólo el 16% de los encuestados reconoció a Albert Einstein y a su célebre fórmula E=mc2 (cuyo significado era solo conocido por un 3% de los encuestados). Mientras que un 88% sabe que Cervantes escribió el Quijote, sólo un 1% reconoce a Newton como al autor de los "Principia", obra cumbre de la Ciencia.

Y es que ese analfabetismo no solo provoca que la gente gaste su dinero en artilugios inútiles, sino que además pone su salud (y lo que es peor, sus ilusiones) en manos de numerosos productos y terapias de ESCASOS o NULOS efectos. Recientemente, saltó a los medios la denuncia de ciertas asociaciones y colectivos para la promoción de la ciencia, sobre la publicidad televisiva de productos y terapias “milagrosos”, de dudosa o nula eficacia terapéutica (ver enlace 3).

Una actualización a este artículo, es que recomiendo la lectura de esta página, donde explican perfectamente las diferencias entre los sistemas antical que funcionan (los de resinas de intercambio) y los que no funcionan (imanes...) y que por tanto son una estafa a cualquier consumidor (ver enlace 4).

lunes, 2 de marzo de 2015

Sobre el impacto de las crecidas del Ebro: orígenes y posibles soluciones

El Ebro vuelve a inundarnos con imágenes terribles de campos, fincas y hogares anegados; gente perdiendo el trabajo de una vida y clamando por unas obras y unas actuaciones que ya, nunca, llegarán a tiempo. Quiero manifestar desde esta tribuna mi más estrecha solidaridad por sus pérdidas y mi compresión por la justa reclamación de las medidas necesarias para limitar los daños de las riadas y para compensar sus pérdidas.

Una vez atendido lo urgente, pasemos al origen del problema: estamos olvidando algo esencial, algo que el río Ebro con sus periódicas inundaciones intenta recordarnos... y es que estamos ocupando su espacio. El Ebro es un sistema dinámico que “se mueve”, pero lo hace en escalas de tiempo mayores que las nuestras y lo olvidamos. Las avenidas contribuyen a que su cauce cambie a través de los siglos (como prueba tenemos los galachos o los sotos que se forman y desparecen con cada nueva crecida). Ese dinamismo mantiene en buen estado al Ebro y por tanto contribuye a mantener el buen estado ecológico de sus aguas y riberas, como nos recuerdan especialistas como el profesor Ollero de la Universidad de Zaragoza (ver enlace 1). Sin embargo, en vez de adaptar nuestras actividades y construcciones al río, nos hemos ocupado de intentar adaptar al río a nosotros. Así, el modo de protegernos de las crecidas y de limitar sus daños ha pasado siempre por la construcción de motas y diques o por la limpieza y dragado de su cauce. Todas ellas son actuaciones cortoplacistas fruto de la improvisación y del desconocimiento profundo del funcionamiento del ecosistema fluvial; son además un despilfarro inútil de recursos públicos. Tarde o temprano llegará una riada que se lleve por delante estas soluciones. Entonces, ¿qué podemos hacer?

Con el modelo actual de explotación y ocupación de los terrenos cercanos al Ebro, las medidas cortoplacistas antes citadas no van, desde luego, ni a evitar las avenidas futuras ni a limitar sus daños. Más bien al contrario. Dragar un río provoca efectos peores que el no hacerlo y además su efecto resulta ridículo; dragar un metro de profundidad en un tramo provoca tan solo una reducción de 8 cm en la altura de una avenida (ver detalles en el enlace 2). Lo mejor que puede hacerse a medio y largo plazo es reordenar los usos del suelo en las zonas cercanas al río, de modo que se compatibilice el desarrollo económico con la hidrología propia del Ebro y que se den alternativas de desarrollo económico “inmunes” a las avenidas a las poblaciones ribereñas.

Para ello, entre otras cosas, es necesario completar el deslinde del dominio público hidráulico del Ebro –esto es acotar el espacio propio del río que es de de todos-. Esto permitiría, de entrada, la reordenación de los usos del suelo en función del riesgo de inundaciones e impedir la proliferación de actividades y construcciones que empeoran el efecto de las avenidas. El problema es que el organismo encargado del deslinde, la Confederación Hidrográfica del Ebro –CHE-, hace tiempo que dejó de velar por el estado del río y por el interés general, convirtiéndose en una herramienta más al servicio del partido político de turno. Así que como medidas a medio y largo plazo, propondría la despolitización de la gestión de la CHE y su reforzamiento legislativo. En este momento, las competencias sobre la gestión del Ebro y su espacio, se hallan tan repartidas entre las diferentes administraciones (y añadiría con tan diferentes prioridades) que la protección del bien común, del río Ebro como sistema, es lo último en ser considerado…y así nos va.



miércoles, 12 de septiembre de 2012

Sobre clínicas dentales...

Estos días podemos ver por la televisión un spot de las clínicas dentales VITALDENT (1). En él se presenta a un dentista engominado y aspecto de timador, con fuerte acento sudamericano. Es notable el tinte xenófobo de esta campaña, máxime considerando el gran nivel profesional de muchos de los que vinieron, con sus carreras de medicina y sus especialidad en odontología, y los duros trámites de homologación que tuvieron que pasar para poder ejercer en nuestro país. Solo por eso, ya tenemos un buen motivo para elegir otras clínicas…


ENLACES

lunes, 3 de septiembre de 2012

Una muerte anunciada: la del Ebro a su paso por Zaragoza


El Ebro, río vertebrador de la historia y economía de la península Ibérica, espectador del paso de las legiones de Pompeyo y Octavio Augusto, frontera entre reinos árabes y cristianos, de los sitios de los ejércitos Napoleónicos, de batallas de la Guerra Civil, acabó sin embargo sucumbiendo a un evento que se desarrolló en Zaragoza, a principios del siglo XXI: “LA EXPO”, que para mayor cinismo tenía al agua como tema inspirador (1).
Entre otras infraestructuras para la EXPO, se consideró imprescindible la restauración (más bien urbanización) de las riberas del Ebro a su paso por Zaragoza y la construcción de escolleras en sus orillas y de un azud (represa). En ese camino se eliminaron miles de árboles, se canalizó al Ebro, se dragó y se estabilizó su nivel, cambiando su dinámica de río a algo más parecido a un pequeño embalse. Las obras se realizaron con la pertinente Declaración de Impacto Ambiental (2).
En esa declaración se dice que entre otros objetivos se pretende: “…convertir las zonas del entorno de los ríos Ebro, Gállego y Huerva y del Canal Imperial de Aragón a su paso por la ciudad de Zaragoza en espacios de contenido lúdico y de uso ciudadano…”. No engañaban a nadie, no pretendían mejorar la calidad ecológica del río, ni de sus aguas; solo pretendían acercar a la gente al río y explotarlo comercialmente (barcos, concesiones de chiringuitos, etc…). Sin embargo si mentían cuando en ese mismo informe a la pregunta de “¿La actuación contribuye a la mejora del estado de la flora, fauna, hábitats y ecosistemas acuáticos, terrestres, humedales o marinos?” contestaban que MUCHO; cuando los hechos, y los informes científicos que desoyeron, indicaban que se debería haber contestado LO EMPEORA MUCHO (ver página 3 en -2-).
Y es que, desde el inicio, numerosos investigadores especialistas en el tema (3, 4 y 5), advirtieron que todo esto acabaría por empeorar el estado del Ebro (6), acarreando costes económicos y ecológicos no sostenibles como: eutrofización, aparición de algas y macrófitos, la necesidad de dragados anuales para mantener el servicio de barcos, la llegada de especies indeseadas (como la mosca negra -7- o el mejillón cebra).
¿Qué hacían los organismos encargados de velar por la salud del río, como la Confederación Hidrográfica del Ebro o el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental? No pueden hacer gran cosa…porque al fin y al cabo son organismos politizados, que acaban por plegarse a los intereses de los políticos, y no al interés del medio ambiente…
Claro que los políticos siempre dirán, que los informes que encargaron indicaban que no habría problemas, como este, de la consultora IDOM (8) sobre el Azud, que no tiene desperdicio. De su lectura se deduce que el azud permitiría muchas actividades de ocio y disfrute (como los barquitos) incluso se indica que: “…posibilita que el agua mantenga su calidad e incluso la mejore…”, lo cual a la vista de los acontecimientos es totalmente erróneo. Aquí cabe preguntarse: ¿quién realizó estos magníficos informes?, ¿qué preparación tenía?, ¿cuáles eran sus intereses políticos o económicos en el tema?, ¿porqué los políticos ignoraron los informes y estudios aportados gratuitamente por los investigadores citados en puntos anteriores, y gastaron dinero público en informes de consultoras privadas, mucho menos preparadas y que resultaban siempre tan convenientes a sus intereses?
Lo más gracioso de todo, es que al final, el servicio de barcos que era uno de los objetivos del azud, pueda acabar por desaparecer (9). Un servicio recordamos, que en caso de ser deficitario, será pagado por los Zaragozanos, claro.
Resumiendo, la connivencia entre poderes políticos de diferentes administraciones, con los empresarios afines (los que realmente se beneficiaron de estas obras), la falta de independencia y politización de los organismos que deberían velar por la gestión de los bienes comunes, han dejado una deuda ecológica en el Ebro que será soportada y pagada por las generaciones venideras de Zaragozanos. Y ojo, que con el cambio climático que viene, todos los problemas que se están viviendo no harán sino empeorar…

sábado, 6 de diciembre de 2008

Los nanomateriales y el medio ambiente

¿Cuál es la situación actual de los nanomateriales desde el punto de vista de su impacto en la sociedad y en el medio ambiente?
Las especiales propiedades que poseen los nanomateriales, no solo llamaron la atención de los ingenieros y científicos que los producían, también atrajeron la atención de los toxicólogos. Éstos se encargan de estudiar los efectos tóxicos de los productos sobre los humanos y sobre otros organismos (en este caso se llaman ecotoxicólogos). Por ello, paralelamente al desarrollo de las aplicaciones de los nanomateriales, se comenzó a estudiar también su comportamiento bajo condiciones ambientales y sus posibles efectos en el medio ambiente. Así, nos encontramos ante una de las pocas ocasiones en la historia, en la que el desarrollo de una nueva tecnología, puede acompañarse de los estudios necesarios para evitar o limitar sus efectos negativos.
¿Por qué se realizan tantos experimentos sobre la toxicidad de las nanopartículas de la plata?
Primero por su relevancia (son de amplio uso y por ello llegarán al medio ambiente en cantidades relevantes) y segundo por sus efectos sobre los organismos, que son fácilmente detectables. Actualmente, las nanopartículas de plata se pueden encontrar en cientos de productos, incluyendo pinturas y barnices, ropa y calzado deportivo, instrumental médico, lavadoras, detergentes, ceras para coches y otros. Su uso se debe principalmente a sus propiedades bactericidas; dicho de otra manera, estas nanopartículas pueden matar o detener el crecimiento de los microorganismos. Son precisamente estas propiedades las que permiten a los científicos medir y valorar sus efectos en el medio ambiente.

¿Cuáles son los materiales más usados en nanotecnología? ¿Se conoce su impacto sobre el medio ambiente?
Los nanomateriales más utilizados son las nanopartículas (con formas esféricas o poliédricas), nanotubos, nanocables y quantum dots (puntos cuánticos, que son estructuras cristalinas capaces de transformar la luz con la que son iluminados). Estos materiales están compuestos principalmente de carbono y ciertos metales, ya sea en forma pura o combinados entre ellos o con otros elementos como el oxígeno. Un dato que los lectores deben tener en cuenta, es que todos estos materiales tienen alguna de sus dimensiones (diámetro, longitud u otra) expresable en el rango de los nanómetros. Para hacernos una idea de que representa un nanómetro (10-9 metros), podemos decir que la proporción entre un nanómetro y un metro es la misma que existe entre una avellana y nuestro planeta, la tierra. Por tanto, hablamos de materiales realmente pequeños; mucho más pequeños, por ejemplo, que las células de nuestro cuerpo. Se sabe muy poco sobre los efectos que estos materiales tendrán a corto y largo plazo sobre los seres vivos cuando lleguen al medio ambiente.

¿Qué efectos pueden llegar a tener los nanomateriales en el medio ambiente a largo plazo?
No existen los estudios necesarios para responder a esta pregunta con precisión. Así, primero será necesario saber en qué cantidades y a que medio (terrestre, aéreo, acuático) llegarán los nanomateriales y como se comportarán al llegar a ese medio. Luego habría que conocer los efectos que estos materiales tienen a corto y largo plazo en algunas especies representativas de cada ecosistema; luego harían falta modelos que permitan extrapolar esos estudios a nivel del ecosistema, y ver como ciertas funciones del mismo se ven alteradas….demasiadas incertidumbres por el momento. Lo único seguro es que estos materiales llegarán al medio ambiente, y que poseen el potencial para interaccionar con los organismos. El impacto que estos materiales tengan finalmente en el medio ambiente, dependerá en gran medida del conocimiento que de ellos tengamos.

También se han descrito efectos positivos de los nanomateriales sobre el medio ambiente ¿Contrarrestan éstos los negativos?
De hecho, la gran parte de efectos positivos detectados sobre los organismos son, de alguna manera, inesperados. Así, no pueden incluirse en la ecuación riesgo-beneficio, a la hora de valorar la conveniencia del uso de los materiales. Además, los efectos beneficiosos, son a través de mecanismos diferentes a aquellos que provocan la toxicidad, así que no tiene sentido hablar de contrarrestar. Contrarrestar, tendrá sentido cuando (ver más abajo cuando hablo de “regulación de la toxicidad”) usando un segundo producto, podemos disminuir los efectos tóxicos provocados por el primero.
De hecho, se puede hablar de los efectos positivos debidos al uso intencionado de ciertos nanomateriales en el medio ambiente. Estos efectos positivos intencionados, serían por ejemplo la descontaminación de suelos mediante el uso de nanopartículas, especialmente diseñadas para degradar ciertos productos tóxicos. Luego, estarían los efectos positivos “secundarios”, o sea aquellos que los nanomateriales pueden producir sin haber sido diseñados para ello. En este caso, no creo que esos efectos positivos pudieran contrarrestar a los negativos.
¿Existe legislación que sirva para limitar la toxicidad de los nanomateriales?
Por el momento, no existe reglamentación específica para el uso de nanomateriales en productos de consumo. Es más, en algunos países las legislaciones asimilan estos compuestos al material del que están hechos. Eso nos llevaría a por ejemplo a tratar a las nanopartículas de plata como un si fueran un anillo o un collar del mismo material. Desde cualquier punto de vista, este enfoque es claramente insuficiente, ya que a pesar de compartir la composición, el hecho de tener una escala microscópica, permite a los nanomateriales manifestar propiedades hasta ahora desconocidas. Además estas nuevas propiedades, hace que los ensayos toxicológicos habituales, puedan resultar inadecuados. Así, será además vital el desarrollo de nuevos ensayos, especialmente diseñados para los nanomateriales. Por todo lo expuesto, es urgente una reglamentación específica, que aborde el riesgo ambiental de los nanomateriales.

En mayo del 2008, una coalición que reunía grupos de consumidores y entidades medioambientales de los Estados Unidos, han solicitado a su agencia de protección ambiental (U.S. Environmental Protection Agency), que retire del mercado 260 productos que contienen nanopartículas de plata. Estos grupos basan su petición en que dicho material posee las propiedades de un pesticida (o sea que elimina microorganismos), y que como tal debería ser regulado. El caso es que la EPA, ya en el año 2006 reconoció la necesidad de legislar sobre estos materiales, pero finalmente el reglamente editado, permitió a los productos que contenían nanomateriales seguir en el mercado. Así, podemos reconocer que en estos momentos, los reglamentos y leyes están orientados a facilitar el desarrollo de la nanotecnología y de sus aplicaciones en productos de consumo. Esto deberá generar enormes avances tecnológicos y beneficios económicos…aunque también podría generar en el futuro severos problemas ambientales y de salud. Esperemos que la legislación y reglamentos pertinentes se desarrollen a tiempo.

¿Existe algún modo o técnica para reducir la toxicidad de los nanomateriales sobre los seres vivos?
La toxicidad de determinados nanomateriales, radica en la liberación de los elementos que los componen (por ejemplo, por solubilización). En este, caso, se ha demostrado que el uso de algún elemento capaz de secuestrar esos componentes, reduce enormemente la toxicidad de ese nanomaterial en particular. Sin embargo, la toxicidad de otros nanomateriales puede verse reducida cuando se agregan (formándose entonces conjuntos que son mucho mayores que los nanomateriales originales). Esta agregación puede darse por cambios de pH, de salinidad o por la presencia de ciertos compuestos químicos. Para otros muchos nanomateriales, no se dispone de este tipo de información.

¿Cómo se comporta la comunidad científica ante el reto de los riesgos de la nanotecnología, teniendo en cuenta sus múltiples aplicaciones y sus posibilidades de futuro? ¿Cuales son los retos a los que nos enfrentamos?
La revolución tecnológica que está provocando la nanotecnología, ha sido comparada por algunos especialistas con la revolución industrial ocurrida en Europa durante los siglos XVIII y XIX. Se calcula que el impacto de la nanotecnología sobre la economía mundial durante los próximos años llegará a varios billones de euros. Los científicos están por tanto al corriente del enorme impacto que esta tecnología tendrá en el desarrollo tecnológico de los próximos años. Por otra parte, también están interesados por la enorme capacidad de los nanomateriales para interaccionar con los seres vivos. Personalmente, creo que hay que incidir en tres aspectos: primero la investigación básica, que permita desentrañar los mecanismos de toxicidad de estos materiales; segundo, el desarrollo de ensayos apropiados (basados en los resultados del punto anterior), que permitan valorar la toxicidad de estos materiales y los riesgos ambientales que su uso comporte; tercero, el desarrollo simultáneo y urgente de una reglamentación que considere las especiales propiedades de estos materiales. Esta reglamentación debería permitir el desarrollo tecnológico y al mismo tiempo evitar o limitar al máximo los efectos negativos sobre las personas y el medio ambiente. No será una tarea fácil…

sábado, 15 de noviembre de 2008

¿Qué es la ecotoxicología?

Ecotoxicología es la ciencia de los contaminantes en la biosfera y de sus efectos sobre los elementos que la integran. Esta disciplina se forma por la aportación de otras muchas, entre ellas: la química, para el análisis y la predicción del destino que los contaminantes tendrán en el medio ambiente; la toxicología, para el estudio de los efectos adversos de los contaminantes sobre los organismos y de la ecología, para el estudio de las consecuencias ecológicas de la contaminación.